Ayer fui a buscar piedras para un regalo. Hay un par de lugares donde me gusta ir. Decidí ir al que pensé iba a tener más variedad de piedras para escoger. La tienda estaba cerrada pero recordé que cerca de ahí había otro lugar. Comencé a mirar las piedras y a buscar la que tenía en mente. En eso y la señora que atendía sacó una piedra y me preguntó “¿no te gusta esta?”. Era un corazoncito de rodocrosita. Me dijo el precio y era mucho más barato de lo que normalmente costaría, observé la piedra y ahí entendí; la piedrita tenía un quiño en un lado, lo cual baja su valor, pero la verdad es que a mí esas pequeñas imperfecciones me gustan, porque es lo que la hacen única, y a pesar de ese trocito que le falta sigue siendo un corazón, sigue siendo linda y eso no la hace menos rodocrosita. De más está decir que compré el corazoncito.
Algunas personas piensan que al usar una piedra con imperfecciones la energía de la piedra no sale de manera regular; la verdad es que a menos que la piedra se me caiga y se rompa en dos o tenga puntas afiladas que puedan lastimar a alguien, yo no me preocupo por eso. En todo caso, para estar seguro puedes tomar la piedras en tus manos y ver qué es lo que sientes, si sientes que la energía está desordenada, o si te sientes incomoda, pues no la compres, pero si sientes la energía calmada y linda, la puedes usar, en todo caso ya depende de ti.
Creo que esto de las imperfecciones de la piedra también se puede aplicar a uno, no porque uno tenga defectos o lastimaduras, dejas de ser humano o eso te vuelve una peor persona, eso solamente te hace único. Así que hoy aprecia la belleza de ser tú.
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