Hay diversos tipos de limpieza de los que ya he escrito antes, pero a mí en particular me gusta usar el método del agua. Me parece el más efectivo y fácil de todos. Algunas piedras son más delicadas y suaves que otras por lo que debes tener más cuidado al limpiarlas. Ojo, estoy hablando de agua sola, no agua con sal, la sal puede corroer y deshacer la piedra, dependiendo de su dureza. Entre las piedras más delicadas están la azurita, celestita, crisocola, malaquita, aragonita y también otras “piedras”, que en realidad no son piedras, sino conchas como el spondilus y el abalón, que no sólo se pueden romper o deshacer sino también perder su brillo. Lo que yo hago es limpiarlas con agua por un ratito corto (un minuto más o menos), y luego las seco suavemente (sin sobar, ni restregar), si considero que necesita más limpieza les hago reiki. Otra solución es colocar la piedra en una geoda de citrino por ejemplo, para que se cargue.
Puedes ver otros métodos en este link.
Si te gustó el post no dudes en compartirlo en tus redes sociales.
Otros posts que te puedan interesar:
No hay comentarios:
Publicar un comentario